Es muy fácil confundirse entre el mimbre y el rattan, ya que a simple vista son muy similares, pero tienen algunas diferencias. Los dos son materiales naturales, y se están poniendo más de moda, por su utilidad en espacios exteriores, al aire libre como balcones, terrazas o jardines. Se puede decir que el mimbre es más flexible que el rattán, pero en cambio el ratán es más resistente que el mimbre, siendo este último más ligero.
El rattán, a pesar de su aspecto frágil, es una de las maderas más fuertes, ya que tiene un núcleo muy duro (más que el bambú), que lo hace muy resistente a golpes, a humedad y a cambios meteorológicos. Además, por sus propiedades se pueden hacer muebles de una sola pieza, sin tener que juntar ni hacer uniones.
Por otro lado, el mimbre viene de un arbusto. Es mucho más ligero que el ratán, e incluso más flexible, facilitando su transporte. Permite muy bien el uso de barniz o pintura, ampliando su versatilidad.
Los fabricantes de muebles suelen mezclar en los productos, el mimbre y el ratán, para ir añadiendo firmeza en algunas zonas y mayor flexibilidad en otras.
Los muebles antiguos de ratán o de antiguos muebles de mimbre suelen ser de un coste elevado por su alta resistencia y con estilo victoriano, entre los que se encuentran mesas, taburetes bajos y accesorios como cestas estilo mimbre entre otros, obteniendo un estilo especial.